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miércoles, 23 de abril de 2014

1. Amanece



Un hombre y una niña aparecen en mis sueños, el hombre intenta secuestrar a la niña, la pequeña no deja que se la lleven, grita, le araña la cara, el hombre harto la tira al suelo, saca una pistola y la pega un tiro. Despierto sudado en mi cama, llevo viendo esa visión hace mucho tiempo, creo que desde hace tres años, no se si es real o va a ocurrir, es muy difícil de distinguir lo que es un sueño de una visión. Pienso que es una visión, no se puede repetir un mismo sueño durante tanto tiempo, cada 24 de Enero acudo a esa tienda, a la hora que es dicha visión, pero esa niña y ese hombre no aparecen. Da igual, me levanto y miro por la ventana, el sol empieza a ponerse, miro el reloj, son las 07:30 de la mañana, como no trabajo me da igual la hora a la que me levante, estoy sudado y huelo mal, decido hacerlo, me voy al baño y me pego una buena ducha mientras sigo pensando en esa niña y en la crueldad de ese hombre. Salgo de la ducha a eso de las 07:45 de la mañana, me miro al espejo y veo que tengo barba, decido afeitarme con "miedo", la última vez que lo hice tuve una visión y me corté. No he tenido ninguna, el día empieza medianamente bien. Me visto y estoy dispuesto a salir a que me de el aire, quizás me acerque a ver a mi amigo Kevin, llevo una semana sin saber de él. Cuando me dispongo a salir se me caen las llaves al suelo y se meten en un agujero que tengo entre las tablas de mi suelo, paso de agacharme y arrancar un trozo de piso que no es mío, no quiero broncas. Utilizo mis poderes, cierro los ojos, pienso en el agujero del suelo y las llaves. No pongo la mano encima del agujero como si estuviese llamándolas con ella, eso es propio de los idiotas o los tontos, llamo a las llaves con la mente, no con las manos. Las llaves están en mi bolsillo derecho, lo noto porque tengo las manos en los bolsillos y las noto al instante. Me voy, cojo el pomo de la puerta y la abro, entonces tengo una visión. Un hombre va por la calle de noche, el lugar esta oscuro y vacío, cojea de la pierna derecha, no puede con su alma, esta sudando y pide ayuda, su pierna sangra y la va arrastrando como puede, nadie le persigue, no se como le hacen eso. Miro el día y la hora en mi reloj, dirijo mi mirada a la calle donde esta sucediendo todo y veo que es la peor calle del mundo, allí se reúnen mafias en los rincones más oscuros, yonquis, mendigos y ladrones siempre se iban a esas calles porque ahí nadie les molestaba y si lo hacías te mataban, no salías vivo de allí. El hombre va para la carretera, mala opción, los coches pasan por allí a toda velocidad para evitar que alguien se los robe y les maten, así es, el hombre se pone en medio y pide ayuda, el coche no se para, los focos se acercan a una velocidad pasmosa y el hombre es brutalmente atropellado. La visión termina, eso quiere decir que ha muerto. Me despierto en el suelo y con un dolor terrible en la pierna, miro a ver donde estoy. Estoy en el portal del edificio donde vivo, el portero del edificio me mira asustado, es un chaval joven, de unos 23 años, el pelo castaño y los ojos azules. Si fuera chica, saldría con él. El chico me ayuda y me dice:
-Señor, ¿se encuentra bien?
Le miro, no se si sabrá que me busca la policía, si lo sabe por lo menos no da la sensación de que se lo vaya a contar a alguien.
-Si, estoy bien-digo mientras me levanta-¿Qué ha pasado?-me levanta y apoyo el pie que me he “roto” en el suelo. El dolor es insoportable.
-¿No sabe lo que le ha pasado?-me lo dice como si estuviera loco.
-No, ¿me he caído?
Me vuelve a mirar extrañado.
-Si, se ha caído, ¿no lo recuerda? Desde arriba-señala hacia las escaleras.
-Lo siento, estaba pensando tanto en mis cosas que no me he dado cuenta de que bajaba las escaleras-una mentira plausible, no es del todo mentira.
-Tenga cuidado la próxima vez, señor.
-Lo tendré-le miro y le sonrío, le doy las gracias y me voy cojeando.
Salgo a la calle, el sol sale con fuerza, cojo las gafas de sol y me las pongo, bonita mañana. Me siento en el banco más cercano, no soporto el dolor. Cierro los ojos y pienso en mi pie, los huesos rotos. Me pongo de pie, me sigue doliendo, bien, no tengo los huesos rotos, tengo una fractura, me vuelvo a sentar y la gente me mira extrañada, quizás este diciendo algo en otro idioma extraño para ellos, no me doy cuenta, me levanto y el pie me duele, pero no tanto, tengo una fractura y un esguince, ando y mientras lo hago pienso en dicho esguince, los huesos se sueldan solos y ya no me duele. No controlo todo mi cuerpo, tan solo me enseñaron a hacerlo con mi mano mientras tenía visiones, puesto que mi reloj me muestra la fecha y la hora en la que ocurre todo. Lógico, si tienes una visión del futuro todo se une en dicha visión, incluido mi reloj, por eso siempre lo llevo encima. Puedo controlar mi mano, pero no mi cuerpo, las visiones son tan reales que sigo a la persona que muere y pierdo la noción de lo que es verdad. Menos mal que tengo unos poderes especiales que pueden curarme. No voy a decir como los conseguí, a nadie le interesa mi pasado y si le interesa que me pague por ello, no estoy como para regalar historias. Paseo por la calle, veo a chicas guapas y felices, espero que ninguna de ellas aparezca en mis visiones. Me voy a casa de Kevin, por narices tengo que hacerlo, necesito encontrar al hombre de mi visión, no quiero que muera. El Sol termina de salir, ya ha amanecido.

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Óscar Navarro Zafra

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No cuenta su pasado, tampoco su futuro, tan solo cuenta su presente. Salva a las personas sin pedir nada a cambio pero una niña que aparece en sus sueños le cambia la vida. Embarcate en la guerra entre magos y humanos con Caven, un mago salido de Kínua, Kevin un inventor millonario y Marie, la doncella de la casa. Tambien vive la magia oscura de Alex, las vilguerías de Espadachín y la malvada Arcoiris Negro que tiene un pasado muy oscuro.