Un hombre y una niña
aparecen en mis sueños, el hombre intenta secuestrar a la niña, la pequeña no
deja que se la lleven, grita, le araña la cara, el hombre harto la tira al
suelo, saca una pistola y la pega un tiro. Despierto sudado en mi cama, llevo
viendo esa visión hace mucho tiempo, creo que desde hace tres años, no se si es
real o va a ocurrir, es muy difícil de distinguir lo que es un sueño de una
visión. Pienso que es una visión, no se puede repetir un mismo sueño durante
tanto tiempo, cada 24 de Enero acudo a esa tienda, a la hora que es dicha
visión, pero esa niña y ese hombre no aparecen. Da igual, me levanto y miro por
la ventana, el sol empieza a ponerse, miro el reloj, son las 07:30 de la
mañana, como no trabajo me da igual la hora a la que me levante, estoy sudado y
huelo mal, decido hacerlo, me voy al baño y me pego una buena ducha mientras
sigo pensando en esa niña y en la crueldad de ese hombre. Salgo de la ducha a eso
de las 07:45 de la mañana, me miro al espejo y veo que tengo barba, decido
afeitarme con "miedo", la última vez que lo hice tuve una visión y me
corté. No he tenido ninguna, el día empieza medianamente bien. Me visto y estoy
dispuesto a salir a que me de el aire, quizás me acerque a ver a mi amigo
Kevin, llevo una semana sin saber de él. Cuando me dispongo a salir se me caen
las llaves al suelo y se meten en un agujero que tengo entre las tablas de mi
suelo, paso de agacharme y arrancar un trozo de piso que no es mío, no quiero
broncas. Utilizo mis poderes, cierro los ojos, pienso en el agujero del suelo y
las llaves. No pongo la mano encima del agujero como si estuviese llamándolas
con ella, eso es propio de los idiotas o los tontos, llamo a las llaves con la
mente, no con las manos. Las llaves están en mi bolsillo derecho, lo noto
porque tengo las manos en los bolsillos y las noto al instante. Me voy, cojo el
pomo de la puerta y la abro, entonces tengo una visión. Un hombre va por la
calle de noche, el lugar esta oscuro y vacío, cojea de la pierna derecha, no
puede con su alma, esta sudando y pide ayuda, su pierna sangra y la va
arrastrando como puede, nadie le persigue, no se como le hacen eso. Miro el día
y la hora en mi reloj, dirijo mi mirada a la calle donde esta sucediendo todo y
veo que es la peor calle del mundo, allí se reúnen mafias en los rincones más
oscuros, yonquis, mendigos y ladrones siempre se iban a esas calles porque ahí
nadie les molestaba y si lo hacías te mataban, no salías vivo de allí. El
hombre va para la carretera, mala opción, los coches pasan por allí a toda
velocidad para evitar que alguien se los robe y les maten, así es, el hombre se
pone en medio y pide ayuda, el coche no se para, los focos se acercan a una
velocidad pasmosa y el hombre es brutalmente atropellado. La visión termina,
eso quiere decir que ha muerto. Me despierto en el suelo y con un dolor
terrible en la pierna, miro a ver donde estoy. Estoy en el portal del edificio
donde vivo, el portero del edificio me mira asustado, es un chaval joven, de
unos 23 años, el pelo castaño y los ojos azules. Si fuera chica, saldría con
él. El chico me ayuda y me dice:
-Señor, ¿se encuentra
bien?
Le miro, no se si sabrá
que me busca la policía, si lo sabe por lo menos no da la sensación de que se
lo vaya a contar a alguien.
-Si, estoy bien-digo
mientras me levanta-¿Qué ha pasado?-me levanta y apoyo el pie que me he “roto”
en el suelo. El dolor es insoportable.
-¿No sabe lo que le ha
pasado?-me lo dice como si estuviera loco.
-No, ¿me he caído?
Me vuelve a mirar
extrañado.
-Si, se ha caído, ¿no lo
recuerda? Desde arriba-señala hacia las escaleras.
-Lo siento, estaba
pensando tanto en mis cosas que no me he dado cuenta de que bajaba las
escaleras-una mentira plausible, no es del todo mentira.
-Tenga cuidado la próxima
vez, señor.
-Lo tendré-le miro y le
sonrío, le doy las gracias y me voy cojeando.
Salgo a la calle, el sol
sale con fuerza, cojo las gafas de sol y me las pongo, bonita mañana. Me siento
en el banco más cercano, no soporto el dolor. Cierro los ojos y pienso en mi
pie, los huesos rotos. Me pongo de pie, me sigue doliendo, bien, no tengo los
huesos rotos, tengo una fractura, me vuelvo a sentar y la gente me mira
extrañada, quizás este diciendo algo en otro idioma extraño para ellos, no me
doy cuenta, me levanto y el pie me duele, pero no tanto, tengo una fractura y
un esguince, ando y mientras lo hago pienso en dicho esguince, los huesos se
sueldan solos y ya no me duele. No controlo todo mi cuerpo, tan solo me
enseñaron a hacerlo con mi mano mientras tenía visiones, puesto que mi reloj me
muestra la fecha y la hora en la que ocurre todo. Lógico, si tienes una visión
del futuro todo se une en dicha visión, incluido mi reloj, por eso siempre lo
llevo encima. Puedo controlar mi mano, pero no mi cuerpo, las visiones son tan
reales que sigo a la persona que muere y pierdo la noción de lo que es verdad.
Menos mal que tengo unos poderes especiales que pueden curarme. No voy a decir
como los conseguí, a nadie le interesa mi pasado y si le interesa que me pague
por ello, no estoy como para regalar historias. Paseo por la calle, veo a
chicas guapas y felices, espero que ninguna de ellas aparezca en mis visiones.
Me voy a casa de Kevin, por narices tengo que hacerlo, necesito encontrar al hombre
de mi visión, no quiero que muera. El Sol termina de salir, ya ha amanecido.
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