ATENCIÓN: La siguiente historia solo es un especial por Halloween, nada de lo que ocurra en este post repercutirá en el universo que estamos creando mi hermano y yo :)
Las nubes tapaban la luz de la Luna Llena, y el cielo amenazaba con dejar caer un aguacero . La noche era fría y por encima de todos los edificios de la ciudad, una sombra se cernía sobre ella: la mansión Moura.
Había alguien en su interior, a pesar de que todas las luces estuviesen apagadas, allí vivía un joven rubio genio; se empezó a escuchar entonces un sonido bastante famoso, un soldador hacía eco por todo el lugar.
Una persona encendió una luz en la casa que se encontraba en la parte de atrás del jardín y se levantó. Llevaba el pelo desaliñado y era de color castaño, miró la hora restregandose los ojos del sueño, eran las 3:00 de la mañana.
La persona que se encontraba a su lado hizo un gruñido, era la mujer más bella del universo o al menos a él se lo parecía.
-¿Se puede saber que demonios hace?-Preguntó ella con dejadez y cansada.
-No tengo ni idea-comentó él-. Tu quédate aquí ¿de acuerdo?-La dio un beso en la frente-. Yo me encargo de ver si este deja alguna vez descansar su maldita mente de genio.
Salió de la casita que Kevin le había creado no hacía mucho y se dirigió al garaje donde vio luz; se llevó la sorpresa cuando vio a su amigo traspasar la puerta corredera de la cocina, ambos se miraron extrañados y después fijaron su vista en el garaje.
-Que cojones...-dijo Kevin plausiblemente enfadado con que alguien intentase robarle.
Caven se adelantó y le dijo con señas que cogiese algo para golpear mientras él transformaba su mano en fuego.
Se dirigieron en silencio hacia el garaje y se disponían a atacar cuando vieron quien era el culpable verdadero de todo ese ruido.
-¡Aaaaah!-Gritó el hombre llevándose una mano al pecho-¿¡Es que no podéis avisar de que venís!?
Caven y Kevin se miraron sin entender nada, el rostro de Kevin cambió de cabreado a realmente enfadado.
-¿Se puede saber que demonios haces en mi puñetera mansión?
-Ni un hola recibo, que vergüenza.
-¡Lucas Roston!-Exclamó ahora Caven-¡Que haces tú aquí a las tres de la mañana soldando!
Kevin cogió con mala leche su soldador y le quitó el protector de la cara de la misma manera.
-¿Tienes que ser tan brusco?
-Que haces en mi maldita casa-dijo seriamente Kevin-. No pienso repetírtelo una sola vez más.
-Yo... verás... no sé como explicar todo esto.
-¿Por qué no empiezas desde el principio?-Preguntó Caven.
-Bueno, estoy muy puesto en eso de la prehistoria pero...
Kevin le cogió por el pecho.
-Dime que haces en mi garaje a las tres de la mañana o te meto esta barra de la chimenea por un lugar que no ve la luz del Sol.
Lucas miró a Caven con ojos lagrimosos y este frunció los hombros.
-Sí, Kevin no tiene muy buenos despertares y sobre todo si alguien lo hace; sumando que no te soporta y que has sido el causante de que él se haya levantado de la cama, ahora mismo todo lo que diga, lo creo.
Lucas se le quitó de encima como pudo, se arregló su mono y, tras carraspear, empezó a desembuchar.
-Verás, resulta que el otro día me encontraba muy aburrido en mi empresa, Silvia no me llamaba para dar un caso al Príncipe Oscuro...
-En definitiva-dijo otra voz que salió de la oscuridad, Caven se sobresaltó un poco, era El Príncipe Oscuro-resulta que se apuntó a un concurso de internet donde tienes que crear el mejor invento del mundo, el ganador se lleva un par de entradas para un partido de hockey...
-El partidazo de hockey-añadió Lucas con una sonrisa de oreja a oreja.
Todos le fulminaron con la mirada y volvió a carraspear.
-El caso es que no había concurso alguno, empezó un juego del que ahora, solo hay una manera de salir.
-¿Un juego?-Preguntó curioso Caven-¿Qué tipo de juego?
-Uno en el que debe entregar la programación de la moto de Kevin, si no lo hace, le mandaran a Los Espíritus.
-¿Eso estabas haciendo?-Preguntó Kevin-¿Romper la coraza de mi moto para llegar al chip interno de esta?
Él asintió con la cabeza.
-¿Y porque hacer eso cuando puedes hacerles frente?-Preguntó Caven.
-Ese es el problema, no se les puede hacer frente, son tres espíritus que se presentan en tu casa, se meten en tu cuerpo y, tras torturarte, hacen que mueras de la forma más horrenda jamás conocida.
-Muchos son los que han intentado enfrentarse a ellos, pero están muertos, incluso gente especial como vosotros-señaló al Príncipe y a Caven.
-Hemos pasado por muchas cosas-comentó Kevin-¿Crees que tres malditos espíritus me van a dar mie...?
No terminó la frase, todas las luces de la casa se encendieron y después estallaron todas y cada una de ellas, estaban sin luz.
-Ya están aquí-dijo con miedo Lucas.
Salieron del garaje al oír la puerta de la casa de atrás del jardín, era Marie andando como bien podía, aún seguía en reposo por orden médica.
-¿Qué demonios ocurre?
-Marie, vuelve adentro-dijo Caven preocupado-. Vuelve con...
De nuevo fue interrumpido, en esta ocasión tres formas blancas y brillantes rodearon a esta que les miraba aterrada.
-¡Marie!-Gritaron Kevin, Caven y el Príncipe Oscuro
Los espíritus la cogieron y la elevaron, ella intentaba liberarse de ellos pero solo pegaba al aire, no podía hacer nada. Le pusieron los brazos en cruz dos de ellos y el tercero, desde atrás la cogió de la cabeza, puso sus dos manos sobre sus labios y empezó a tirar poco a poco verticalmente.
Su boca se abría sobremanera, ella intentaba gritar, Caven utilizó magia para volar mientras gritaba pero cuando llegó ya era demasiado tarde, la cabeza de Marie se separó en dos partes derramando sangre sobre la cara del mago castaño.
Acto seguido, dejaron caer su cuerpo inerte sobre el jardín, todos se quedaron en shock ante lo que habían presenciado, esos espíritus habían acabado con la vida de una persona.
-No juguéis con nosotros o terminareis como ella.-Dijo uno de los espíritus.
-Dadnos lo que queremos y vosotros no pagareis las consecuencias.
Kevin, con lágrimas en los ojos, se giró y miró a Lucas.
-Sabía que tú serías el responsable de alguna de nuestras muertes algún día-le pegó un puñetazo y él cayó al suelo dolorido.
El genio rubio llamó a su moto y esta acudió a él, haciendo cada una de sus células líquidas para ponérsela como armadura y atacar con las armas que le salían de un lateral de los brazos.
Empezó a disparar a estos.
-¿¡Quereis mi armadura!? ¡PUES VENID A POR ELLA CABRONES!
Los espíritus se lanzaron sobre él, Kevin pensó rápido ¿Qué podía hacerles daño? ¿Cómo matar a algo que ya está muerto? Empezó a meterse en casa, al menos allí tendría un poco más de ventaja pues sabía moverse por ella bastante.
El Príncipe reaccionó, sabía que no podía hacerles daño pero no iba a quedarse de brazos cruzados, quizás podía retenerlos el tiempo suficiente como para que Kevin encontrase alguna forma de derrotarlos.
No conocía otra persona en la faz de la Tierra capaz de hacerlo que él.
Sacó sus espadas y empezó a girarlas a una velocidad impresionante, haciendo un ventilador. Parecía que funcionaba, aire con aire se repelían, les costaba llegar hasta él.
Caven se encontraba junto al cuerpo de Marie sin creerse que ella estuviese muerta, el mundo se le habría caído encima, sabía perfectamente como debía sentirse él.
Pronto se dio cuenta de que faltaba un espíritu, no se encontraba por ninguna parte.
El Príncipe gritó a Caven, esperando que eso le despertase de su shock.
Pareció funcionar pues se levantó, apretó sus puños y una ráfaga de viento empezó a soplar tan fuerte que el Príncipe tuvo que parar el ventilador pues le estaba arrastrando hacia atrás.
Cuando se giró pudo ver que los ojos de Caven habían cambiado, ahora brillaban en la noche de un color naranja fuego.
Gritó con todas sus fuerzas y empezó su transformación, el pelo se le hacía largo y empezaba a hacerse de un blanquecino transparente como los espíritus que tenían ante ellos. Su pelo ahora de color grisáceo, le creció hasta la parte de los hombros y sus ropajes eran de un tono gris oscuro, en el pecho llevaba el símbolo que le caracterizaba, un escudo con el Sol y la Luna emulando una C encima de este.
Fue a atacar pero como si nada, traspasó a uno de los espíritus y este se evaporó como una nube, Caven se sintió confuso y raro, ahora tenía una sensación extraña.
Miró al Príncipe como si no le conociese, Lucas se levantó y hubo un momento de miradas incómodas, nadie sabía que ocurría.
Caven volvió a su estado normal, sonrió y dijo:
-Me voy a reunir contigo cariño.
Lucas y el Príncipe se quedaron mirando extrañados, no sabían a que se refería.
Pero no hizo falta esperar demasiado, pues Caven empezó a inflarse como un globo y estalló en mil pedazos salpicandoles de sangre y esparciendo todos los pedazos de lo que una vez fue por todos los sitios.
Donde antes se encontraba Caven ahora había un espíritu con sus ojos fijos sobre ellos.
-No habéis querido obedecer-señaló el estómago de Caven-. Si así lo queréis, que comience el juego.
Este se lanzó sobre ellos...
Siguiente episodio.
viernes, 31 de octubre de 2014
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