-John, tu despertador esta sonando ¿es que no lo escuchas?
Se levantó rápido y apagó el
despertador.
-Mierda…
-Esa boca jovencito.
-Me he dormido.
Recogió todo, lo metió en la mochila de mala manera y se
puso los pantalones vaqueros.
Acto seguido se colgó la mochila
en su hombro derecho y salió corriendo para no perder el autobús.
Ni siquiera se molestó en
despedirse de su familia ya que si no perdía el autobús que le llevaba hasta la
misma puerta de la universidad. Dio gracias a Dios porque este no se hubiese
largado, subió, pagó su bono y se sentó atrás del todo para seguir repasando.
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Cuando llegó a su parada, bajó y
se fue corriendo a su clase.
Cuando lo hizo, el examen ya
había empezado, todos los presentes se giraron para mirarlo. Le gustaba que a
veces se fijasen en él pero al mismo tiempo le incomodaba pues era bastante
aprensivo a ponerse rojo como un tomate.
-Señor Master, llega tarde-comentó
el profesor.
-Lo siento, había tráfico.
-Siéntese, deje la mochila donde
yo pueda verla y haga el examen que ya esta en su sitio.
Hizo lo que le pidió y se puso a
escribir las respuestas.
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Terminó el examen e hizo entrega
de este al maestro.
Después se fue encorvado y
resoplando cansado a su cuarto donde estaba su compañero de habitación, tumbado
y jugando con su consola.
-Hola John ¿Qué tal el fin de
semana en casa de tus padres?
-Mal-dijo tirándose a su cama-,
anoche me quedé dormido y he llegado tarde porque no pude venir aquí por culpa
de quien yo me sé.
-Podías haberlo hecho.
-Vaya ¿No me dijo alguien que
quería la habitación para el solo todo el finde?
-Todo el finde no, el viernes por
la noche y el sábado si. Ayer no hice gran cosa.
-¿Y no podías haberme dado un
toque al móvil para que viniese?
Lo único que obtuvo fue un gesto
de indiferencia y un “vas a morir capullo” por el videojuego al que se
encontraba jugando.
Estaba tan agotado que decidió no
discutir más. Se dio la vuelta en la cama para echarse a dormir.
-No hagas mucho ruido ¿de
acuerdo?
-¿Vas a dormirte ahora?-Preguntó.
-Si, Michael. Hasta las doce no
me toca otra clase y estoy cansado, así que por favor, baja el volumen de esa
tele y no grites.
-Hay que divertirse un poco
hombre.
-Pues eso es lo que voy a hacer, divertirme
en el mundo de Morfeo.
-No-dijo rotundo, quitando su
partida-. Levanta, vamos a ligar con algunas chicas que hay en el campus-le tomó
por el brazo y empezó a tirar para que se levantase.
John no hizo nada por quitárselo
de encima, simplemente siguió allí con su cuerpo pesado y muerto de sueño.
Michael era su amigo desde los
doce años, su pelo corto era moreno. Él no entendía de chicos pero no se podía
decir que fuese feo, era un tanto rellenito de cara y cuerpo pero para nada le
afeaba eso, algunas chicas se le quedaban mirando con ojos picarones y acto
seguido, cuando John se giraba para mirarlas sabiendo de quien hablaban,
soltaban una risita nerviosa y se hacían las despistadas.